miércoles, 2 de abril de 2014

EL DIÁLOGO INTERGENERACIONAL EN EL CHOCÓ UN INDICADOR CULTURAL EN RIESGO

EL DIÁLOGO INTERGENERACIONAL EN EL CHOCÓ
UN INDICADOR CULTURAL EN RIESGO
POR: Ana Gilma Ayala Santos.
ORALIDAD (definiciones  y características de nuestra cultura oral)
Tradicionalmente, los saberes empíricos, sobre los cuales se ha reconstruido nuestra cultura, han sido trasmitidos mediante el diálogo entre mayores y menores, diálogo que se está viendo afectado en los tiempos modernos. Nos ocuparemos del desarrollo que ha tenido y de algunas sugerencias para su salvaguardia. Es necesario desde estos puntos de vista, abordar el tema de la oralidad, como forma de trasmisión tradicional.
“La oralidad, es la expresión de la palabra hablada, es la forma más natural, elemental y original de la producción del lenguaje humano. Existe por sí misma, sin necesidad de apoyarse en otros elementos; esta característica la diferencia de la escritura”[1]. Otra característica de la oralidad, es la inmediatez y espontaneidad. Existen otras definiciones: “un ejercicio de memoria cultural”,” forma comunicativa: desde el llanto de un bebé que tiene hambre, hasta un monólogo”
Para Walter ONG, existen dos clases de oralidad: la primaria, la oralidad de una cultura que carece de todo conocimiento de la escritura o de la impresión; secundaria y por oralidad secundaria, aquella que se utiliza en sociedades modernas y que tiene como base al texto escrito.[2]
A través de la palabra hablada se enseña y se trasmite la cultura. Muchas lenguas han carecido y aún carecen de sistemas de codificación escrita, lo que convierte a la oralidad en su único mecanismo de defensa y perpetuación. En el marco de este fenómeno particular, la oralidad cobra entonces un valor agregado: la de ser vehículo de acervos culturales completos, muchos de ellos en vía de extinción.
La palabra hablada ha sido desde siempre el medio más importante de trasferencia de información y de contacto personal, tanto en culturas tradicionales, como en contextos culturales modernos; de su práctica continuada depende la supervivencia de los lazos sociales, estructuras emocionales y miles de recuerdos que cimientan la propia vida de muchos seres humanos.
¿A QUÉ LLAMAMOS DIÁLOGO INTERGENERACIONAL?
Nuestros mayores, portadores casi todos de la sabiduría ancestral, soporte de la cultura de los pueblos, están entrando en olvido, están siendo arrinconados por las nuevas generaciones; el diálogo con ellos se está rompiendo, y con esta rotura, muchas de nuestras expresiones culturales han ido desapareciendo poco a poco.
Los espacios  de discernimiento, como encuentros, talleres, conversatorios, entre otros, cuya temática tiene como referente a la cultura de los pueblos, son propicios para que hagamos justicia histórica con aquellos que poseyeron sabiduría, que la compartieron y que dejaron legados, los cuales, todavía son vigentes. Comúnmente los hemos llamados sabios, mayores y ancestros; entre los cuales se diluyen: curanderos, rezanderos, gualiseros, cantadores, parteras, chinangos, adivinadores, cuenteros, decimeros, copleros, compositores repentistas, quienes por tiempo indeterminado, han orientado la vida de las comunidades rurales y urbanas del Chocó. Entre ellos, juegan papel importante las condiciones de afecto y de respeto, además de que se encuentran en estos grupos los tíos y tías, abuelos, padrinos, vecinos muy queridos.
El diálogo intergeneracional, es el espacio que permite que mayores (con las denominaciones descritas anteriormente) y menores, se encuentren en torno a los temas trascendentales de una familia, o de una comunidad. El diálogo intergeneracional, ha existido desde que hombres y mujeres fueros despojados unos, y desarraigados otros, se ha mantenido, en la búsqueda de caminos para salvar el conocimiento que sobrevivió al saqueo inmisericorde de Europa a América y a África. Hablamos  en este caso, de un diálogo a escondidas caracterizado por la resistencia, hasta llegar al diálogo libre que ha permitido las contar sobre las supervivencias indígenas, africanas y españolas, recreadas en lo que llamamos cultura chocoana.
El diálogo intergeneracional, es un encuentro de saberes, donde unos enseñan y otros aprenden, a través de la palabra hablada, sin elocuencia, pero con sencillez y claridad meridiana, sin academia, pero con sabiduría, sin escribir, teniendo a la mente como receptor, con el compromiso de guardar para repetir la acción de trasmitir; como su nombre lo indica, pasa por muchas generaciones.
OBJETIVOS DE ESTE DIÁLOGO
Informar: La comunidad, la familia, se reúnen en torno a sus intereses. En la zona rural, no se discrimina por condiciones de edad o sexo, jóvenes y niños están presentes en  los momentos de decisiones, de celebraciones en torno a la vida o a la muerte, hay un denominador común: todos se enteran del acontecer comunitario.
Construir memoria: Es una característica propia de las celebraciones de la comunidad, la cual permite aprender viendo, en forma directa; niños y jóvenes, asisten a velorios, novenas, sepelios, fiestas patronales, siembras, pesca, minería, entre otras  actividades, y van fijando en su memoria los conocimientos de la sabiduría ancestral, aprenden viendo y haciendo, a la vez, que escuchando sobre el quehacer cotidiano de cada uno de los eventos. Del seno de este diálogo, nacen cantadores y cantadoras, danzarines, líderes fiesteros, rezanderos y hombre y mujeres con el conocimiento suficiente, para enfrentar a la vida. Sus elementos fundamentales son: la observación y la palabra hablada, la cual se moviliza frente a las posibles preguntas de niños y jóvenes inquietos.
Trasmitir conocimiento: Se aplica por lo general, cuando los mayores y sabios de la familia o de la comunidad, evidencian cansancio por el paso de los años,  o por enfermedad y sienten la necesidad de depositar su sabiduría en manos de jóvenes o niños, que muestran interés por los conocimientos ancestrales, manifiestan interés y capacidad de recepción, es un diálogo que se puede establecer entre dos o más interlocutores, el cual, se ha desarrollado en la ciudad y en el campo. Es un diálogo receptivo, debido a que algunos mayores frente a la pérdida de la memoria, solicitan que no se les interrumpa; puede tener como apoyo a la palabra escrita por parte del receptor, si este conoce la escritura, de lo contrario, una buena memoria para recibir, es el elemento indispensable.
Salvaguardar el conocimiento: El diálogo intergeneracional, ha sido la medida de salvaguardia más eficaz, en la construcción de la cultura indígena, afro descendiente y mestiza, del pacífico colombiano y en especial del departamento del Chocó. La conversaciones entre mayores y menores, han tenido como eje fundamental a la memoria, ella ha guardado por muchas generaciones…….
CONTEXTO DEL DIÁLOGO
Los momentos para encontrarse mayores y menores, han sido diversos en la historia cultural chocoana, está relacionada con los objetivos del diálogo y ha estado direccionado por los mayores y portadores de los conocimientos. Tiene una característica fundamental: la escucha y respeto por la palabra, su eje de desarrollo es la palabra hablada.
Sin embargo debemos reconocer que, las horas de la noches y las de faenas, han sido las propicias para que este diálogo se active; el aprendizaje, también se sustenta en los encuentros de la familia y de la comunidad, tanto festivos, como rituales y mortuorios; el momento de la muerte mueve a algunos mayores a hacer entrega de su sabiduría a alguien en especial. Po lo anterior, podemos deducir, que el diálogo intergeneracional, no tiene un contexto restringido, sino que es amplio.
RIESGOS EN LA RUPTURA DEL DIÁLOGO:
·         Pérdida de la memoria cultural
·         Se dispersan los vínculos entre mayores y menores
·         La comunidad se expone al saqueo cultural
·         La tradición oral pierde validez como patrón de comportamiento
·         El patrimonio cultural, del orden material e inmaterial, sufre deterioro, porque se pierde el compromiso de salvaguardia.
RETOS PARA SALVAGUARDAR EL DIÁLOGO
Existen tres entes cuyo compromiso con la salvaguardia del diálogo intergeneracional, es grande: el hogar, la comunidad y la escuela; los tres deben interactuar, para que la historia de los pueblos sea guardada mediante la relación oralidad- escritura, la cual es una constante entre quienes investigan el quehacer cultural, pues se está empezando a hacer registro.







[1] Edgardo Ellavero, en la obra La palabra hablada, cita a Walter ONG( 1987)
[2] Víctor Vich y Virginia Zavala, Oralidad y poder, notas al pie de pág. 27. Abril 2007.

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