jueves, 6 de noviembre de 2014

LA IMAGEN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

LA IMAGEN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Significado e historia
La veneración que se tiene por el santo unida al apego a la imagen del mismo, son dos fuerzas que nos mantienen conectados a los chocoanos con la espiritualidad franciscana. La imagen y la catedral, son dos íconos que no pueden faltar en las fotografías del viajero, del que retorna al chocó, de devotos, en el altar hogareño; la imagen es el amuleto más preciado que  se porta en el cuerpo y sobre todo en el corazón de los chocoanos donde quiera que se encuentren.
La imagen de San Pacho como familiarmente le hemos llamado, pertenece a la simbología mágico- religiosa del pueblo chocoano, sus ojos con la mirada seráfica hacia el infinito se bajan hacia nuestra historia, allí estática en el ala derecha del altar,( donde reposa gracias a una petición hecha por el pueblo liderado por Neftalí Cuesta, a los misioneros claretianos, quienes veneraban al corazón de María sin oportunidad para que la imagen de nuestro patrono subiera al altar. Según Versiones de Carmen Cuesta y de Rogerio Velásquez Murillo) cobra vida cuando veladoras, abrazos, plegarias, cantos, poemas, se escuchan incesantes para que nos ayude a resistir la marginalidad social a que estamos sometidos.
La imagen representa compañía, para los habitantes de los barrios tradicionales y para todos los chocoanos, su presencia hace sentir que Francisco de Asís está con la comunidad, tenerla cerca se traduce como  protección; en caso de partos difíciles se coloca a la cabeza de la parturienta, significa también  compromiso; se conversa con ella como dos buenos amigos, tener la posibilidad de sacarla a un lugar especial en caso de tragedia es un indicador de milagro, es objeto de veneración permanente entre los chocoanos.
La durabilidad de este ícono de nuestra religiosidad ha tenido mucho que ver también con el cuidado de algunos devotos desde hace algunos años; es el caso de la familia García Rodríguez especialmente Yayita y Heliúmen, este último con la aplicación de un veneno anti polillas y su hermana con cuidados caseros, seguidos de Campo Elías Vivas, Antonio José Valencia “tío lobo”, Iván Urrutia, quienes con un procedimiento sencillo consistente en limpiarla con leche líquida han con tribuido con su conservación. A  partir del año 2012, el Ministerio de Cultura está asumiendo a través de un proyecto de restauración, la salvaguardia no solo de nuestra imagen, sino la de las imágenes barriales.
La imagen de San Francisco de asís es propiedad del pueblo chocoano. Así nos lo comenta la poetisa  y escritora Teresa Martínez de Varela, en su libro Mi Cristo negro, cuando relata lo siguiente:” durante la guerra de los mil días, los frailes enterraron la custodia y otras joyas cerca de la orilla del río. Cuando llegó el momento de entregar el inventario al síndico Gregorio García, delante del juez Manuel Saturio valencia, fray Felipe expresó: “ nosotros mandamos a hacer a España todos los implementos de la sagrada eucaristía, al mejor orfebre, pertenecen a la parroquia de Quibdó, lo que sí es nuestro es esta preciosa imagen del fundador de nuestra hermandad San Francisco de Asís, es tallada en madera fina que estamos seguros desafiará los siglos, pero no la llevamos consigo, en recuerdo nuestro la obsequiamos al pueblo chocoano que tanto amor y fervor le profesan, ya que lo han elegido su santo patrono[1][2]( DISEÑADOR : QUITAR ESTE NÚMERO CON PROGRAMA ESPECIAL Y DEJAR LAS COMILLAS)
Sobre su cabeza porta una corona, la última que quedó de las varias que tuvo la imagen. Respecto de una de ellas relataré una historia contada por Marcial Gamboa valencia, oriundo del corregimiento de San Francisco de Ichó, hermano claretiano, la cual narró de la siguiente manera: “Camila Guardia, fue hija del indígena Fidel Pote y de la esclava Rosalía Guardia, tuvo un solo hijo y se murió chiquito por eso criaba a sus sobrinos, los hijos de su hermana Juana Bautista Guardia. En 1860 le pidió a San Francisco, que la llevara a la fiesta y que le permitiera ver su rostro, estas fueron las palabras de Camila: “San Francisco, si vos me dieras conque yo ir a ver tu rostro siquiera una libra de oro, te llevaba una media libra para hacerte una corona”. Se fue a trabajar y en una quebrada que queda entre el casco urbano y la playa, encontró mucho oro y le cumplió a San Francisco lo prometido, le mandó a hacer una corona y en agradecimiento, bautizó a la quebrada con el nombre del santo al igual que al pueblo: San Francisco de Ichó.
Luce a la cintura el cordón con los tres nudos, los cuales dentro de la simbología franciscana significan: humildad, obediencia y castidad; el tercero para los frailes, para los laicos se traduce en caridad. En el marco de las creencias chocoanas a este cordón se le atribuyen poderes curativos, de protección y de castigo, este último conocido como el “cordonazo de San Pacho”, para aquellos que trasgreden los postulados del santo, quienes reciben el castigo directamente de la deidad” orula”, la cual está detrás del mismo; una evidencia de ello la encontramos en el doloroso incendio del 26 de Octubre de 1966. Es común observar durante la procesión del  4 de Octubre a devotos, ya sean niños, jóvenes o adultos, vistiendo el hábito por manda o contra prestación recibida.
“En sus brazos lleva consigo un crucifijo. Cerca de su pie derecho, aparecen dos libros bíblicos, los cuales se  relacionan  con la vida evangélica de San Francisco, colocados sobre la peana donde está levantada del lado del píe izquierdo se observa una calavera, la cual de acuerdo a lo expresado en el programa “templos de la cultura” canal 9, significa las propias ideas del santo sobre la muerte.”[3][4]
Amable lector, próximamente en el libro “San Pacho. Un patrimonio vivo con urgencia de salvaguardia”, podrá complementar otros datos sobre nuestra preciosa imagen de San Francisco de asís, San Pacho en el Chocó.







[1]  AYALA SANTOS, Ana Gilma, Reseña Histórica de la fiesta de San Francisco de Asís, cita a  Martínez de Varela, Teresa, Mi cristo negro QUITAR) . (
[2]
[3] Las apreciaciones dadas fueron tomadas de escritos  de Omar Palacios Mosquera y de  comentarios del programa templos de la cultura, canal 9

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