LA IMAGEN DE SAN FRANCISCO DE
ASÍS
Significado e historia
La veneración que se tiene por el santo unida al apego a la imagen del
mismo, son dos fuerzas que nos mantienen conectados a los chocoanos con la
espiritualidad franciscana. La imagen y la catedral, son dos íconos que no
pueden faltar en las fotografías del viajero, del que retorna al chocó, de
devotos, en el altar hogareño; la imagen es el amuleto más preciado que se porta en el cuerpo y sobre todo en el
corazón de los chocoanos donde quiera que se encuentren.
La imagen de San Pacho como familiarmente le hemos llamado, pertenece a
la simbología mágico- religiosa del pueblo chocoano, sus ojos con la mirada
seráfica hacia el infinito se bajan hacia nuestra historia, allí estática en el
ala derecha del altar,( donde reposa gracias a una petición hecha por el pueblo
liderado por Neftalí Cuesta, a los misioneros claretianos, quienes veneraban al
corazón de María sin oportunidad para que la imagen de nuestro patrono subiera
al altar. Según Versiones de Carmen Cuesta y de Rogerio Velásquez Murillo)
cobra vida cuando veladoras, abrazos, plegarias, cantos, poemas, se escuchan
incesantes para que nos ayude a resistir la marginalidad social a que estamos
sometidos.
La imagen representa compañía, para los habitantes de los barrios
tradicionales y para todos los chocoanos, su presencia hace sentir que
Francisco de Asís está con la comunidad, tenerla cerca se traduce como protección; en caso de partos difíciles se
coloca a la cabeza de la parturienta, significa también compromiso; se conversa con ella como dos
buenos amigos, tener la posibilidad de sacarla a un lugar especial en caso de
tragedia es un indicador de milagro, es objeto de veneración permanente entre
los chocoanos.
La durabilidad de este ícono de nuestra religiosidad ha tenido mucho que
ver también con el cuidado de algunos devotos desde hace algunos años; es el
caso de la familia García Rodríguez especialmente Yayita y Heliúmen, este
último con la aplicación de un veneno anti polillas y su hermana con cuidados
caseros, seguidos de Campo Elías Vivas, Antonio José Valencia “tío lobo”, Iván
Urrutia, quienes con un procedimiento sencillo consistente en limpiarla con
leche líquida han con tribuido con su conservación. A partir del año 2012, el Ministerio de Cultura
está asumiendo a través de un proyecto de restauración, la salvaguardia no solo
de nuestra imagen, sino la de las imágenes barriales.
La imagen
de San Francisco de asís es propiedad del pueblo chocoano. Así nos lo comenta
la poetisa y escritora Teresa Martínez
de Varela, en su libro Mi Cristo negro, cuando relata lo siguiente:” durante la
guerra de los mil días, los frailes enterraron la custodia y otras joyas cerca
de la orilla del río. Cuando llegó el momento de entregar el inventario al
síndico Gregorio García, delante del juez Manuel Saturio valencia, fray Felipe
expresó: “ nosotros mandamos a hacer a España todos los implementos de la
sagrada eucaristía, al mejor orfebre, pertenecen a la parroquia de Quibdó, lo
que sí es nuestro es esta preciosa imagen del fundador de nuestra hermandad San
Francisco de Asís, es tallada en madera fina que estamos seguros desafiará los
siglos, pero no la llevamos consigo, en recuerdo nuestro la obsequiamos al
pueblo chocoano que tanto amor y fervor le profesan, ya que lo han elegido su
santo patrono”[1][2](
DISEÑADOR : QUITAR ESTE NÚMERO CON PROGRAMA ESPECIAL Y DEJAR LAS COMILLAS)
Sobre
su cabeza porta una corona, la última que quedó de las varias que tuvo la
imagen. Respecto de una de ellas relataré una historia contada por Marcial
Gamboa valencia, oriundo del corregimiento de San
Francisco de Ichó, hermano claretiano, la cual narró de la siguiente manera:
“Camila Guardia, fue hija del indígena Fidel Pote y de la esclava Rosalía
Guardia, tuvo un solo hijo y se murió chiquito por eso criaba a sus sobrinos,
los hijos de su hermana Juana Bautista Guardia. En 1860 le pidió a San
Francisco, que la llevara a la fiesta y que le permitiera ver su rostro, estas
fueron las palabras de Camila: “San Francisco, si vos me dieras conque yo ir a
ver tu rostro siquiera una libra de oro, te llevaba una media libra para
hacerte una corona”. Se fue a trabajar y en una quebrada que queda entre el
casco urbano y la playa, encontró mucho oro y le cumplió a San Francisco lo
prometido, le mandó a hacer una corona y en agradecimiento, bautizó a la quebrada
con el nombre del santo al igual que al pueblo: San Francisco de Ichó.
Luce
a la cintura el cordón con los tres nudos, los cuales dentro de la simbología
franciscana significan: humildad, obediencia y castidad; el tercero para los
frailes, para los laicos se traduce en caridad. En el marco de las creencias
chocoanas a este cordón se le atribuyen poderes curativos, de protección y de
castigo, este último conocido como el “cordonazo de San Pacho”, para aquellos
que trasgreden los postulados del santo, quienes reciben el castigo
directamente de la deidad” orula”, la cual está detrás del mismo; una evidencia
de ello la encontramos en el doloroso incendio del 26 de Octubre de 1966. Es
común observar durante la procesión del
4 de Octubre a devotos, ya sean niños, jóvenes o adultos, vistiendo el
hábito por manda o contra prestación recibida.
“En
sus brazos lleva consigo un crucifijo. Cerca de su pie derecho, aparecen dos
libros bíblicos, los cuales se relacionan con la vida evangélica de San Francisco,
colocados sobre la peana donde está levantada del lado del píe izquierdo se observa
una calavera, la cual de acuerdo a lo expresado en el programa “templos de la
cultura” canal 9, significa las propias ideas del santo sobre la muerte.”[3][4]
Amable
lector, próximamente en el libro “San Pacho. Un patrimonio vivo con urgencia de
salvaguardia”, podrá complementar otros datos sobre nuestra preciosa imagen de
San Francisco de asís, San Pacho en el Chocó.
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