jueves, 6 de noviembre de 2014

SIMBOLOGÍA FRANCISCANA DE QUIBDÓ

SIMBOLOGÍA FRANCISCANA DE QUIBDÓ
POR: Ana Gilma Ayala Santos
La historia franciscana de Quibdó ha creado sus propios símbolos, los cuales son motivos de reconocimientos y de respeto  por parte del pueblo.
Los elementos que se utilizan en la ritualidad franciscana, algunos de los cuales trataremos de identificar en el presente artículo, tienen carácter sacro; fueron revestidos así por los ancestros franciscanos, desde la espiritualidad cultural; la imagen, el bastón y las banderas, generan desde el pasado un profundo respeto, condición que también ha entrado en riesgo, porque las nuevas generaciones no han sido informadas sobre sus contenidos y lo que significan en el marco y fuera de la fiesta. En el número anterior hemos hablado de la imagen.
 Los actos festivos de los afros chocoanos y para nuestro caso la fiesta franciscana, están cargados de simbología, de ritualidad y de sacralidad, en San Pacho, son sacros: la música, el vestuario, las velas y hachones, las reliquias, las flores para ornato, los botes para la balsada; coherentes con el siguiente comentario, tomado del título 2, art. 6 del decreto 763, de Marzo 10 de 2009, que a pie de letra dice: “el valor simbólico, tiene un fuerte poder de identificación y cohesión social. Lo simbólico mantiene, renueva y actualiza deseos, emociones e ideales construidos e interiorizados que vinculan tiempos y espacios de memoria”.
EL BASTÓN DE MANDO RESPONSABILIDAD Y COMPROMISO
En el año 1.981, siendo presidente de la junta central Franciscana Teresita Perea Mosquera ,se rediseño  conjuntamente  la responsabilidad que debe tenerse  en todos  los actos de la fiesta, a través  del “Bastón de mando” el cual según testimonios   no  confirmados, fue utilizado  por nuestros  ancestros  tanto indígenas  como  africanos. La madera regional llamada “guayacán”, fue trabajada por un indígena  cuyo nombre  se perdió  en el olvido, elaborando así el primer bastón de  del  cual  se tiene noticia en los años  ochenta (80’s) cuyo  ornato fue  una cinta dorada  que lo bordeaba

El  entusiasmo  de los lideres, los llevó a perfeccionar este  símbolo franciscano y  en la misma década, el ebanista  Francisco Gamboa Gil, elaboró con esmero  un nuevo bastón tallado  en madera  con el siguiente   diagrama  en su  pasamano: dos  brazos,  el de Cristo y el  de San  Francisco, llamado por  el  pueblo  abrazo  franciscano  y la expresión “paz y bien”, saludo adoptado  por las familias franciscanas a nivel universal. Se perdió en un evento celebrado en la ciudad de Bogotá y fue reelaborado con la misma estructura.

  Su significado está  estrechamente  ligado  a la  responsabilidad que  debía asumir  la antigua  junta  central Franciscana, hoy Fundación Fiesta Franciscana de Quibdó y  las juntas barriales. Su manejo está  adscrito únicamente a los   presidentes  de estas dos  colectividades, en caso   de   ausencia  de alguno  de ellos, la figura  del  vicepresidente o de otro miembro de la junta o Fundación Franciscana entra a reemplazarlos, si  es  portado   por otra  persona diferente se toma como irrespeto.

El bastón de mando  crea  una especie danza  entre las banderas,  la  Fundación  Fiesta Franciscana y los  barrios  tradicionales. La entrega   diaria  durante diecisiete (17)  días  consecutivos  y  el ritual  con el  cual  este   acto se acompaña, le dan una gran significación. Palabras  de reconocimiento,  himnos barriales, apretón de manos, abrazos  franciscanos, euforia, batir  e intercambio de banderas  entre  otros, son los signos  de su presencia en la fiesta.

El bastón de mando, es el símbolo  que viste   de solemnidad algunos  eventos: el bando, el desfile de  banderas, el  desfile de carrozas y  disfraces, las misas barriales y  en la Catedral, el cierre de fiestas;  recordándonos la obligatoriedad  de asumir el mando de los ancestros  con: respeto, sentido  de pertenencia y sobre  todo  con amor.

Después  de 17 días  de presencia  en la fiesta, el bastón queda celosamente guardado en la sede de la Fundación Fiesta  Franciscana. Desde allí el pueblo   que camina diariamente por su lugar de residencia,  mira, entiende y  acepta  que hay una  gran responsabilidad de fortalecer el mayor legado  religioso-cultural  y  social que  tenemos los chocoanos. Hoy su réplica reposa en el Museo nacional, como el símbolo sacro de la fiesta franciscana, un llamado enérgico a la Fundación Franciscana de Quibdó, máximo organismo rector de la fiesta: prohibir las réplicas del bastón de mando.


LAS BANDERAS FRANCISCANAS, TRADICIÓN Y  COMPROMISO

Son los símbolos de una  tradición centenaria. Llevan  consigo el  compromiso   y  la  responsabilidad para  trasmitir la herencia franciscana.

Sus gestores y diseñadores, fueron líderes que encontraron  en ellas  formas de  identificar  al barrio y  de  comprometerse con la resistencia  de la fiesta. Sus  colores y  signos  hacen memoria  de  elementos que  han  acompañado  la historia barrial: una flor, una piedra preciosa, la  característica de una comunidad, el  color de la paz, la cruz, símbolos del encuentro de Cristo  y Francisco, las aguas locales, entre otros.

En su devenir histórico  han hermanado  a la  familia Franciscana y  son merecedoras  de  respeto  y  de  salvaguardia. Van  y  vienen desde el pasado y  recorren las calles a través de los  de los  abanderados personajes paridos por ellas, merecen especial mención las mujeres, quienes acompañaban el bandereo en el pasado  con gestos muy  peculiares al compás de los aires tradicionales, al  portarlas y  batirlas recogían  sus  pollerones de un lado  y  con la bandera levantada en la otra mano, danzaban y  expresaban el arraigo y sentido  de pertenencia.
Alrededor de las banderas franciscanas se ha creado toda una coreografía danzarina que arranca los aplausos del público, su presencia en la fiesta en normativa, pero se han definido  eventos especiales para  ellas. Hoy, la figura del abanderado, ha cobrado mucha importancia, las nuevas generaciones de hombres y mujeres, han asumido este reto en todos los barrios tradicionales. El cambio en su diseño de las banderas, debe ser concertado con la comunidad barrial, e informado oficialmente a la Fundación Franciscana.

Otros elementos también entran a engrosar la lista de la simbología franciscana: las andas que portan a las imágenes barriales para las procesiones durante la novena en homenaje al santo patrono, los hábitos de color café con los cuales se visten los devotos que cumplen mandas, los hachones de vela que se portan el día de la procesión,
 En lo  estrictamente cultural, podemos considerar como símbolos de la fiesta franciscana: la chirimía, los disfraces, las comparsas,  los himnos cantados en los diferentes eventos y compuestos en el marco de la fiesta.( himno monográfico, barriales, los gozos)

Existen otros símbolos del orden universal franciscano, que también son reconocidos por el pueblo quibdoseño, hablamos de: la tau o cruz franciscana, elemento que  Francisco asumió como su  firma, las sandalias que calzan los religiosos de todas las órdenes franciscanas, el cordón que lleva en la cintura la imagen.
Amables lectores, es conveniente hacer apropiar a las nuevas generaciones de toda esta simbología franciscana y de sus significados, del respeto con que se deben tratar y de la forma como se deben  preservar para que pervivan en el tiempo y en el espacio.





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