LOS ALUMBRAMIENTOS DE LOS SANTOS
CATÓLICOS
Rituales de resistencia
Los esclavizados en Colombia, no olvidaron a sus orishas,
pero, se vieron obligados a aceptar la imposición de las figuras de los santos
católicos; establecieron con ellos, unas relaciones fuertes que los llevaron a
humanizar a estos seres, se aferraron a ellos; así, la veneración de las
imágenes católicas va entrando poco a poco en sus vidas, asisten a misas y
procesiones y a otros actos de la liturgia europea.
Los descendientes de estos hombres y mujeres, consolidan de
generación en generación, estas relaciones interreligiosas e inter culturales y
van incluyendo a los santos católicos, en la nueva cultura que se va recreando.
Les asignan características de humanos, aparecen los apodos que los distinguen:
a San Francisco de Asís, lo llaman San Pacho, a la virgen de la Candelaria, la
canducha, a San Antonio, Antuco y a la virgen del Carmen, la Carmela, entre
otros.
Algunos rituales católicos, comienzan a permear a la
religiosidad africana, y viceversa, entre ellos encontramos a los
alumbramientos, réplicas de los altares españoles, pero, adaptados a la cultura
africana. Los lugares de elaboración y de desarrollo de la ritualidad, según
algunos investigadores, fueron, los ranchos ubicados en los asentamientos
mineros, a los cuales llevaban a escondidas a las imágenes, sustraídas de las
iglesias, para sentirse cercanos a ellas y peticionar mejor sus necesidades.
Sin embargo, otros opinan que, los alumbramientos surgen de
las relaciones establecidas con los santos, por mandas o contraprestaciones,
por favores recibidos y que también tienen que ver con peticiones para
abundancia en: la pesca, cosechas, encuentro de vetas de oro o platino. Un
alumbramiento puedes ser ofrecido por una comunidad entera, por una persona o
familia; en todos los casos siempre hay responsables, para organizar el evento.
Desde el punto de vista anterior, la celebración de un alumbramiento, entre los
afrodescendientes chocoano, va
trasformando la acción de gracias en manda.
Los alumbramientos, se
clasifican en: mayores, aquellos que son cantados y bailados, como el de la
Virgen de las Mercedes, en el corregimiento de las Mojarras, (Municipio de
Istmina) evento al cual, tuve la oportunidad de asistir. Toque de chirimías, baile, alabaos, rezos,
luces, flores y ornato muy especial, dan cuenta de la gran espiritualidad del
pueblo istmeño; este alumbramiento pasa de un anoche iluminada con veladoras y
hachones, a un amanecer esplendoroso, en medio de la misma ritualidad, cuyo
paisaje tiene como centinelas a los imponentes cerros que demarcan la llamada
“Mojarra número uno”. Dicho ritual permanece, hasta tanto las balsas empiezan a
partir por el río San Juan.
En estos altares, se colocan velas en gran número, flores,
frutos y otros alimentos, para que no falte el pan, atarrayas y otros enseres
útiles en los oficios chocoanos, en torno a la imagen del santo venerado.
En el barrio Bahía Solano, frente a Quibdó, podemos
evidenciar cada 12 de Junio, el alumbramiento en honor a San Antonio de Padua,
cuya fiesta se celebra el 13 del mismo mes; es un alumbramiento rezado, (Menor)
con canto de alabaos, durante el cual los asistentes narran cuentos, echan
adivinanzas, ante la diminuta imagen, la cual, tiene su historia particular
entre la comunidad.
No menos famoso es el alumbramiento de la Santa Cruz,
celebrado en numerosos pueblos del Chocó, en cuyo ritual, entra en juego la
decisión de la comunidad, de realizarlo con la categoría de mayor, o menor. En
el barrio la Yesquita, desde el pasado, se ha celebrado este acontecimiento;
son motivos de memoria colectiva, los alumbramientos realizados en los sectores
donde vivieron: Bernardina Arce y Cruz Vivas.
Como herencia portada
hoy, por nuevas generaciones, los vecinos del sector comprendido entre la calle
21 y la carrera sexta, (sector Pacurita) cada 2 de Mayo, se congregan hace más
de cuarenta años, en torno al
alumbramiento rezado, con rezanderos y cantadores del río Atrato, por considerar
a la cruz, un elemento de resistencia. Otro lugar de estos encuentros fue la loma de las Brisas, donde sus vecinos
colocaban una cruz inmensa, la cual, se divisaba desde todo el pueblo.
Hace algunos años, en la parroquia
Nuestra Señora de Fátima, se está celebrando el alumbramiento en honor a la
patrona del mismo nombre.( 12 de Mayo)
Estas formas de religiosidad, evidencian una vez más, la
presencia africana en América y especialmente en el Chocó, matizada por la
cultura española,( no podemos negarlo) como formas de resistencia, como caminos
para encontrar la libertad, a través de esas figuras de hombres y mujeres que
fueron llevados a los altares, quizá, para alienar a todos los pueblos del mundo, pero que, en los casos de
los esclavizados y sus descendientes encontraron en ellas y ellos,
posibilidades de intercambio: veneración, por libertad; fe, por esperanza.
El alumbramiento franciscano, ocurrido en la calle Yesca
Grande, aproximadamente el 4 de Octubre de 1898, organizado por Raimunda Cuesta
Moreno y con la presencia de vecinos de
otras calles, permitió que la fiesta franciscana tomara los elementos de
nuestra cultura, hasta hoy. (Chirimía, platos típicos, verbena, entre
otros.)Fue un alumbramiento mayor, pero no, una nueva fiesta, ni tampoco el
inicio de la fiesta franciscana. Fue un evento de gran trascendencia religiosa
y cultural.
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